
Me han crecido sin quererlo las carnes y las penas,
he proferido miles de palabras hoy disueltas
en el viento que barre el polvo y lo ocurrido,
yo mismo me he interpuesto entre quien partió y
quien ahora soy y sé que sólo para eso he caminado,
sólo para eso me he hecho -como con ansiosos dedos en
la arcilla- con cada uno de mis actos.